Trento, ciudad conciliadora
La Plaza del Duomo, en Trento
Convulsa y dividida, la Iglesia católica vivía los peores años de su Historia y Trento se antojaba como el lugar donde la profunda reforma que necesitaba debía llevarse a cabo. Ya desde el siglo XV Europa estaba viviendo una serie de movimientos independientes que abogaban por una renovación que se apoyara en los deberes eclesiásticos.
Si bien el germen de la Reforma se había engendrado incluso mucho antes, con nombres como el de Erasmo de Rotterdam, fue Lutero el que desencadenó un cisma que llegó al mismo corazón de la Iglesia católica. Su denuncia de la corrupción del clero, la compra y venta de altos cargos en el seno de la propia Iglesia, o la venta de indulgencias con las que redimir las penas, no eran sino la cabeza visible de una profunda enfermedad interna.
La reforma luterana acabó extendiéndose como la pólvora por media Europa, y el Imperio y la Iglesia quedaron profundamente tocadas por las convulsiones religiosas. Las primeras reformas de Paulo III en el seno eclesiástico abogarían por un rechazo de la vida mundana, por la aparición de la Inquisición y por una reforma de toda la Curia. Hasta que en mayo de 1542 acabó convocando un Concilio eclesiástico que todos esperaban, y que había sido fuertemente apoyado por el propio Emperador, Carlos V.
Las guerras lo afectaron y hubo de suspenderse poco después, pero fue convocado nuevamente en el año 1544 y a reunirse nuevamente en diciembre de 1545.
De aquel Concilio de Trento surgieron importantes medidas que beneficiaron a la Iglesia en el sentido de reafirmarse en sus tradiciones, de las que se habían ido apartando poco a poco, en las Sagradas Escrituras, y en la fé cristiana, y sobre todo, se consiguió erradicar aquellos abusos eclesiásticos que tanto daño le habían hecho.
El Concilio de Trento se mantuvo activo hasta 1564, convirtiendo a esta pequeña localidad del norte de Italia en el centro de todo un Imperio.
Iba camino de Inssbruck en coche, procedente del Lago di Garda, donde había pasado la noche anterior. Amante de la Historia como soy, no podía olvidar este rincón escondido de los Alpes italianos en la región del Trentino-Alto Adigio del que es capital.
Bello como ninguno, el paisaje recortado del Lago di Garda en el fondo del valle fue quedando atrás a medida que subía por carreteras serpenteantes a través del Paso Brenner, pasando por pequeñas localidades como Riva o Vezzano. Cada vez más agreste y abrupto, el Paso deja al sureste los Dolomitas mientras nos va introduciendo poco a poco en las primeras estribaciones de los Alpes donde a algunos de los riscos se asomaban castillos imposibles que nos iban dando la bienvenida. Hasta que al fin pude divisar Trento, después de cruzar un bellísimo puente levantado sobre el río Adigio y que nos otorgaba unas vistas maravillosas de los Alpes al fondo y de la ciudad poco más acá.
Si bien la entrada a la ciudad es muy tranquila y la primeras calles se tornan un poco aburridas, sin embargo, la desembocadura de éstas en la Piazza del Duomo es sencillamente espectacular.
Se trata de una plaza bellísima, digna de la importancia histórica que encierra, que está presidida por el Duomo y por el Palazzo Pretorio.
El Duomo fue uno de los lugares de Trento que albergó algunas reuniones de aquel Concilio. De estilo románico, la iglesia no se acabó hasta el año 1515.
Justo al lado se encuentra el Palazzo Pretorio, un bellísimo edificio almenado medieval que data del siglo XIII. Allí, en el Palazzo Pretorio hoy día se encuentra el Museo Diocesano Tridentino.
La Torre dell’Aquila en Trento
Cerca se encuentra el castillo del Buonconsiglio, nombre significativo para una fortificación construida en el siglo XIII que llegó a formar parte de la defensa de la ciudad. Al Sur del castillo se encuentra el Magno Palazzo donde están las habitaciones de los Obispos y príncipes que allí se congregaron, así como la Torre dell’Aquila que es el monumento más característico de la ciudad y que contiene frescos del año 1400.
Precisamente, y hablando de tridentes, en el centro de la Plaza hay una escultural fuente dedicada al dios Neptuno que data del siglo XVIII.
Fíjaos también, justo enfrente del Palazzo Pretorio, en los frescos que hay pintados en las fachadas de los edificios, así como en los soportales que rodean a la plaza, en donde podréis hacer un descanso para tomar cualquier refresco y disfrutar del ambiente relajado de esta ciudad.
Aparte de la plaza central, poco más tiene Trento que visitar, aunque os aconsejo un último paseo por las callejuelas adyacentes para así tener una última impresión de esta ciudad que puede visitarse en apenas medio día, o día ocmpleto si decidís hacer la visita al interior tanto del Duomo como del Palazzo Pretorio.
INFORMACION PRACTICA DE TRENTO
Museo Diocesano Tridentino
- Dirección: Piazza del Duomo, 18
- Horario:
- 1 junio – 30 septiembre 9.30-12.30 / 14.30-18.00
- 1 octubre – 31 mayo 9.30-12.30 / 14.00-17.30
- Precios:
- Adultos: 4 euros
- Mayores de 65: 2,5 euros
- Entre 12 y 18 años: 1 euro
- Familias: 0,80 €
- Gratis el primer domingo de cada mes
Castillo del Buonconsiglio
- Dirección: Via Bernardo Clesio, 5
- Horario:
- 30 de mayo al 8 de noviembre: de 10 a 18 h.
- resto del año, de 9,30 a 17,30 h.
- cerrado los lunes
- Precios:
- Adultos: 7 €
- Reducida: 4 €
- Entrada a la Torre dell’Aquila: 1 €
Il Duomo de Trento
- Dirección: Piazza del Duomo
- Horario:
- de 6,30 h. a 12 h. y por las tardes de 14 a 18 h.
HOLA SOY ELIANA DE COLOMBIA, Y SOY UNA ADMIRADORA DE TRENTO PUES PARA MI ES UNA CIUDAD BASTANTE HERMOSA TANTO EN SU ARQUITECTURA COMO EN SU HISTORIA PERSONALMENTE LA CONOSCO POR QUE VIVI DOS AÑOS ALLA , ES UNA CIUDAD TRANQUILA AMABLE LIMPIA Y TEGO LOS MEJORES RECUERDOS DE ELLA ESPERO QUE EN ESTE AÑO NO HALLA CAMBIADO NADA UN SALUDO DE COLOMBIA PARA MIS AMIGAS TRENTINAS Y DOMINICANAS.CIAO E BUONA GIORNATA A TUTTI ELIANA.