Trekking en el glaciar Alvear, Argentina
¿Te gusta pisar tierra que rara vez ha pisado el hombre? ¿Sentir que estás en un sitio prácticamente inexplorado?… Es una sensación maravillosa, de las que te hermanan con la naturaleza pues es inevitable pensar que las décadas de tu vida no son nada al lado de los miles de años del planeta. Y el sur de Argentina tiene algunos de estos lugares tan especiales.
La ciudad más austral del mundo es Ushuaia, y aquí una de las mejores excursiones que puedes emprender es ir a conocer el glaciar Alvear y sus maravillosas cuevas. El glaciar cuelga de un monte cuya cumbre llega a los 1425 metros, aunque él se ubica a los 980 metros. El monte es uno de los montes emblemáticos de la zona y todas las agencias de turismo ofrecen el recorrido de trekking que dura unas 8 horas. Largas pero que valen la pena. Dicho paseo que obliga a llevar ropa de abrigo y zapatos muy cómodos se realiza entre los meses de noviembre y marzo, verano en esta parte del mundo.
La caminata empieza en el centro de invierno Altos del Valle con un sendero ascendente desde el que se va teniendo una impresionante vista del valle alrededor del monte. Los verdes de la tierra se funden con los celestes y blancos del cielo y aquí y allá vuelan cóndores o se esconden guanacos y zorros rojos. Dando la vuelta al cerro Equivocado el sendero asciende todavía más saltando cascadas y piedras. Llegar a los pies del glaciar Alvear implica unas 4 o 5 horas de andar. Una vez aquí se descansa, se almuerza y se aprovecha para visitar las famosas cuevas de hielo.
Las cuevas de hielo del glaciar Alvear son maravillosas, milenarias, heladas y delicadas. Hay que andar con cuidado y evitar los ruidos fuertes. La experiencia de detenerse dentro soportando el frío y escuchar el sonido del agua correr entre el hielo, observar el tono azulado fluorescente de los muros, casi marino, es fenomenal. Después, o puedes emprender el camino de regreso o puedes seguir. Si tienes crampones puedes caminar sobre el mismo glaciar y llegar al refugio para pasar allí la noche.
Al día siguiente puedes cruzar las montañas y conocer la laguna Alvear, de un profundo color azul.
Foto: vía Revista Man
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