San Gimignano, las torres de la Toscana
El centro histórico de San Gimignano es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1990. Este pueblo de origen medieval, erigido en lo alto de las Colinas de la Toscana, se halla 50 kilómetros al sur de Florencia, prácticamente a la misma distancia que de Siena. Os lo recomiendo especialmente como pequeña excursión desde cualquiera de estas dos ciudades porque os cautivará.
Desde la distancia a medida que nos acercamos a él podemos empezar a distinguir claramente sus altas torres. Curiosamente las familias adineradas de la Toscana competían entre ellas por ver quién se construía la torre más alta, lo que daba a entender su posición social y su riqueza. En San Gimignano precisamente vemos «competir» muchas de estas torres en altura, concretamente unas 14 de las 74 que existían en los orígenes.
Plazas, calles, casas, palacios y fuentes conforman en San Gimignano un museo al aire libre sobre la Edad Media. Los peregrinos que iban y volvían de Roma a través de la Vía Francigena tomaban este pueblo como frecuente lugar de paso. Los muros y las casas nobiliarias y fortificadas de esta pequeña villa nos llevan a un viaje en el tiempo infrecuente, a la sombra de viejas torres que miden más de 50 metros de altura.
Muchas de las edificaciones que podemos ver en San Gimignano corresponden a los siglos XV y XVI. Las calles más representativas de la urbe son las de San Giovanni y San Matteo, que cruzan todo el pueblo formando en su recorrido bellas plazas, como las de la Cisterna y del Podestá. Precisamente el acceso a la Plaza de la Cisterna desde la calle de San Giovanni es una de las estampas más fotografiadas del pueblo.
La Plaza de la Cisterna es uno de los lugares más turísticos de San Gimignano. Allí se alzan las torres de los Ardinghelli, una de las familias medievales más poderosas de la zona. Desde esta plaza accedemos a la del Duomo, con la colegiata del siglo XII. Durante este recorrido veremos el Palazzo del Popolo y su Torre Grossa del siglo XIII, el Palacio Vechio del Podestá y su Torre Rognosa, y la Plaza dei Pecori con el Museo de Arte Sacro y Etrusco.
Las torres de San Gimignano son todo un espectáculo. Si hoy nos parece un horizonte recargado, imaginaros lo que pudo ser en la Edad Media con hasta 74 de estas torres. Os recomiendo acercaros hasta las ruinas del castillo para contemplar la panorámica del pueblo y sus torres. Al atardecer será un legado fotográfico que os llevéis a casa incalculable.
Rodeado de colinas de cipreses, olivos y viñedos, San Gimignano es un eterno deleite para los sentidos. Apenas cuenta con siete mil habitantes, lo que lo hacen un lugar muy tranquilo, aunque en temporada alta se suele llenar de turistas. Un fin de semana entre sus calles y plazas es todo un lujo para el que quiera revivir épocas pasadas en las que los caballeros recorrían a caballo el empedrado de sus caminos.
Foto Vía El Rincón de Sele
¡¡Hola viajeros!!
Interesante artículo sobre uno de los lugares más bonitos y encantadores de la región de la Toscana. Tal y como bien apuntas, es un lugar donde transportarse a la Edad Media e imaginar sus calles empedradas repletas de gentes de la alta sociedad de la época.
Además, como sugerencia os recomendamos visitar alguno de los restaurantes de la zona cuyas panorámicas sean de vuestro agrado y degustar uno de los famosos vinos blancos de la cepa Vernaccia di San Gimignano.
Un saludo.