Ruta por el Valle del Boí en Lérida
El paisaje y los pueblos pintorescos son los principales reclamos turísticos del hermoso Valle del Boí. Situado en la zona noroeste de la provincia de Lérida, a poco más de una hora en coche de la capital ilerdense, cuenta además con la estación de esquí de Boí-Taull para aquellos que quieran pasar unos días practicando deportes de nieve.
Cualquier época del año, sin embargo, es buena para darse una escapada de fin de semana por el Valle del Boí. Pueblos en donde la piedra y el verde de los valles son sus hermosas señas de identidad, además de las iglesias románicas, abanderadas del patrimonio de la zona.
La ruta por el Valle del Boí la iniciamos en Barruera. El centro histórico con su trazado medieval nos lleva en un magnífico viaje en el tiempo. Casas nobiliarias se abren paso hasta llegar a la Iglesia de Sant Feliu, de origen románico pero reformada y restaurada en siglos posteriores. Precisamente su fachada es del siglo XVI. Forma parte, junto con el resto de iglesias románicas del valle, del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Apenas cuatro kilómetros separan Barruera de Durro, típico pueblo de montaña con sus casas de piedra y tejados de pizarra, calles sinuosas y empedradas y la Iglesia de la Natividad. Este templo románico data del siglo XII, aunque su torre es posterior debido a las sucesivas reformas y restauraciones que ha sufrido.
Un poco más al norte de Durro y Barruera se halla Boí y su Iglesia de Sant Joan, que muestra orgullosa su excelente campanario de estilo lombardo. A cuatro kilómetros de Boí llegamos a Taull, uno de los pueblos más importantes de la Edad Media. En él visitamos dos iglesias románicas de gran valor, la de San Climent de Taull y su preciosa torre, y la de Santa María. Ambas son verdaderas joyas y símbolos del valle.
Junto a Taull y Boí situamos Erill la Vall y su Iglesia de Santa Eulalia, templo cuyo campanario también se alza majestuoso sobre el horizonte. A seis kilómetros veremos Cardet, perta de entrada al Valle del Boí, y que nos ofrece la Iglesia de Santa María del siglo XII. De los pueblos que se hallan más al norte hay que citar a Caldes de Boí, conocido especialmente por su balneario romano, aunque el actual data del siglo XVII.
La belleza del paisaje del Valle del Boí la marca el río Noguera de Tor, que va conformando a su paso diferentes afluentes. A todo ello hay que añadirle hasta catorce lagos de origen glaciar y diferentes picos y cumbres, como el pico Subenuix de casi tres mil metros de altura.
Como os decíamos al principio, cualquier época del año es buena para recorrer el Valle del Boí. Si en invierno nos trae hasta aquí la nieve y las posibilidades de practicar deportes de todo tipo, en primavera, otoño y verano es el colorido del paisaje y el buen tiempo el que nos hará disfrutar de una magnífica escapada.
Foto Vía Blog Toprural
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