Rotorua, un lugar donde la tierra hierve
La serie de películas de El Señor de los Anillos es fabulosa no solo por la historia, la calidad de filmación, los efectos especiales y Viggo Mortensen (está guapísimo), sino también por la belleza de los paisajes naturales dónde fue filmada. La mayor parte de las localizaciones son en la lejana Nueva Zelanda, una tierra que para muchos, hasta estas películas, era una tierra desconocida. ¿Pero habéis visto lo hermosa que es?
Los primeros polinesios llamaron a esta isla Aotearoa, la Tierra de la Larga Nube Blanca, un nombre por el que es bastante conocido en su propia parte del mundo. Al estar tan cerca de Australia casi forman parte del mismo viaje y comparten gran parte de su historia y su cultura ya que fue en parte mapeada por el famoso Capitán Cook en el siglo XVIII, aunque bautizada Niueuw Zeeland por el explorador holandés Abel van Tasman en 1642.
Está compuesta por dos islas mayores, la Isla del Sur y la Isla del Norte y una de sus principales atracciones turísticas es Rotorua, una tierra con actividades geotérmica repleta de geiseres, manantiales y paisajes fabulosos y una rica cultura maorí. Aquí flota en el aire un olor peculiar, no muy agradable, que proviene de la actividad volcánica diaria y al cual uno se termina acostumbrando. Es una combinación de dióxido de azufre, cloro, flúor y dióxido de carbono.
Rotorua tiene muchos sitios de actividad termal y uno puede ver vapores en plena calle, pero una zona donde hay muchos de estas chimeneas de la tierra es en el Parque Kuirai donde encontramos lagos de agua hirviendo, agujeros que emanan vapores poco románticos y muchos pozos de lodo que burbujean como las ollas de una bruja. Incluso, por aquí hay numerosos spas gratuitos, baños públicos para mimar a nuestros cuerpos.
Un picnic a orillas del lago Rotorua es imperdible. Se trata de un lago enorme, en realidad una caldera volcánica que duerme desde hace siglos aunque nadie la ha declarado muerta del todo. En sus orillas hay un bonito bosque y hay barcos que salen de paseo y que son de todo tipo, desde rápidos y vertiginosos a botes de recreo. Y si nos gustan las alturas un vuelo en hidroavión nos puede proporcionar la mejor vista de todas.
Por último, lo que domina Rotorua es la cultura y el arte maorí, y la tribu que vive aquí lo hace en Whakarewarewa, el en área termal. Aquí hay una villa que permite ver la vida cotidiana de esta gente, comer con ellos, y dejarse llevar a ver los fantásticos geisers en erupción. Bien, que el pueblo es muy turístico así que está más que preparado para recibir y atender visitantes, así que si vais a esta parte del mundo no os lo podéis perder.
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