Ronda, bandolera y torera

Hay ciudades que se aparecen ante los ojos del viajero como algo irreal. Nos frotamos los ojos y emerge de entre riscos y tajos, íntima y recoleta, para darnos los buenos días y hacernos soñar con su pasado de toreros y bandoleros.
Así es Ronda. Mágica y fascinadora.
Hechizado por Ronda
Creo que se me nota un poco mi admiración por ella. Es, para mi gusto, el más bello pueblo de Málaga, y puede que uno de los más bonitos de toda Andalucía, y que me perdonen otros que también son preciosos, como Mijas o Antequera, pero por Ronda es un hechizo el que he mantenido desde la primera vez que la ví, siendo aún muy pequeñito.
Sus calles guardan en silencio muchas historias de amoríos robados, leyendas románticas aderezadas por las batallas en su Serranía, hogar de tantos bandoleros famosos.
Avistar el Tajo de Ronda nos traslada a aquellas épocas de violencia pero también de lealtad, de traiciones pero también de amores prohibidos. Y recorriendo sus muchas tascas y bares aún nos podemos imaginar a José María «El Tempranillo» o a Juan José Mingolla «Pasos largos», famosos bandoleros, conversar entre risas, con una buena jarra de vino y una hogaza de pan en sus manos, cortada con sus grandes cuchillos.
Tiempos románticos y trágicos que han sabido dejarnos una ciudad no menos romántica.
Visita turística: Qué ver en Ronda
Ronda es cabeza de una comarca rica en monumentos y Naturaleza. El Guadalevín atraviesa la ciudad para dividirla en dos y tallar en ella, durante siglos, el que hoy es su aspecto más conocido y bello: el famoso Tajo de Ronda, una obra natural maravillosa, un profundo tajo cortado en la montaña, de más de cien metros de profundidad, que hoy es la seña de identidad de esta ciudad serrana.

A cada uno de sus lados quedan dos ciudades bien diferenciadas. Por un lado la ciudad nueva, alegre y ambientada donde destaca su monumental Plaza de Toros que tan históricas corridas ha visto, y que ha convertido a Ronda en ciudad de toreros.
También aquí podemos rememorar aquellos tiempos en que los más ricos de la sociedad (y los no tan ricos) asistían, en todo un evento social, vestidas de goyescas, tradición que aún perdura en nuestros tiempos. Allí también, Pedro Romero destacó sobre todos, toreando por primera vez a pie…. No dejéis de visitar su Museo, como también debéis pasaros por el Museo del Bandolero.
Y al otro lado, la parte antigua, la nostálgica, la bella, la tranquila, llena de palacios e iglesias, de plazas acogedoras, como la de la Duquesa de Parcent, con el templo de Santa María de la Encarnación o el propio Ayuntamiento.
En Ronda, blanca y luminosa, podremos apreciar su arte árabe en sus torres alminares o en la Casa del rey Moro, entre otros palacios, pero también riquezas barrocas, góticas y renacentistas, como la puerta de Carlos V, situada en la muralla…
Ronda la podréis pasear entre parques, fuentes y miradores… y cuando estéis cansados, deteneros para tomar un buen vino y una buena comida, tan exquisita gastronómicamente como es esta ciudad.
Podría hablaros de lugares, de sitios que recordaréis siempre, de restaurantes preciosos, de pequeños hotelitos…
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