Cómo prepararse para el Camino de Santiago

Como prepararse para el Camino de Santiago

El Camino de Santiago es, sin duda, una de las rutas de peregrinaje más populares y que anualmente recorren muchísima gente. De hecho, el camino lo puede realizar cualquier persona, sin límite de edad y con una buena preparación. Por eso, si estás planeando hacerlo, voy a darte unos consejos para que te prepares bien y sobre la mejor manera de completarlo.

Camino de Santiago, ¿qué ruta escoger?

El Camino de Santiago puede completarse a través de varias rutas, que serán las que marquen las exigencias físicas del peregrino. Por ejemplo, no es lo mismo hacer el Camino de Santiago desde Sarria en siete días, que completar una ruta completa que puede llevarnos más de un mes. En todo caso, informarse bien sobre los diferentes itinerarios, basándonos en nuestra condición física y el tiempo que queramos dedicarle, es fundamental para lograr terminarlo con éxito.

En realidad, si analizamos el nivel de dificultad de las rutas, es parecido en todas, pero si elegimos un itinerario más largo, como puede ser el del Camino Francés Completo, este aumentará por el hecho de que nos demandará un mayor esfuerzo. 

Primer paso: entrenar

Si bien es cierto que podemos contratar empresas especializadas, como Orbis Ways, para ayudarnos a organizar nuestra ruta, lo que no debemos ignorar es la importancia del entrenamiento previo a realizar el Camino de Santiago. De esta manera, sin importar si somos más activos o sedentarios, tenemos que entrenar. Cada etapa del Camino nos demandará un mínimo de 15 kilómetros, por lo que es necesario que nos preparemos de forma progresiva para poder abordarlos. Esto lo podrás hacer fácilmente en el lugar donde vivas, creando rutas en las que aumentes la distancia y la dificultad, añadiendo cuestas, zonas con escalones, etcétera.

Segundo paso: Elegir bien la ropa y el equipamiento

Lo mejor para recorrer el Camino de Santiago es apostar siempre por la comodidad. Gracias a unas buenas prendas térmicas, podremos frescos sin demasiado peso. Además, nunca está de más llevar un chubasquero, por si llueve, y es importante procurar que la ropa esté limpia, por lo menos hasta que lleguemos al final de la etapa. 

Eso sí, evitad estrenar calzado. Para evitar las ampollas y las rozaduras, lo mejor es llevar calzado que nos resulte cómodo. No tienen por qué ser solo deportivas, aunque es conveniente también que el calzado se adapte a diferentes superficies para no tener accidentes.

Por último, no podemos olvidarnos del peso de la mochila. Esta no debe ser demasiado pesada, porque de serlo, nos provocará dolores en la espalda y será muy incómoda de llevar. En este sentido, existen empresas que trasladan el equipaje de un punto a otro de la etapa, pero, independientemente de si los contratas o no, preparar bien el equipaje es fundamental. Al final, se trata de caminar, por lo que debes primar en todo momento aquello que sea absolutamente necesario y evitar, así, todo lo que pueda molestarte o sepas que no vas a utilizar, para ir lo más ligero posible.

¡Buen camino!

Para saber más antes de prepararse para el Camino de Santiago

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