Parque Natural Bárdenas Reales, escapada al desierto
Son 42.500 has. de paisaje lunar al sudeste de Navarra, en el centro del Valle del Ebro; al norte la Bárdena Negra, con sus pinares y coscojas, en el centro la Bárdena Blanca, con la vegetación típica del sotobosque. Un mapa, agua, sombrero para el sol… y muchas ganas de vivir la aventura: estamos en el Parque Natural Bardenas Reales.
Declaradas Reserva de la Biosfera en el año 2000, el paisaje bardenero nos espera para vivir una experiencia inolvidable, con sus formaciones geológicas únicas, como los cabezos y cortados, elementos característicos y diferenciadores de este paisaje, hogar de aves rapaces y punto de referencia para los visitantes. Otra formación típica son los barrancos, desagües naturales, algunos muy importantes como los de las Cuevas en la Blanca Alta o el Barranco Grande en la Blanca Baja. Referencia fundamental del paisaje barrenero, albergan una impactante vida vegetal y animal.
Comencemos nuestro recorrido por el Centro de Información y Acogida de Visitantes del Parque Nacional de las Bardenas Reales, donde podremos obtener mapas para los distintos recorridos e informarnos acerca de las características y las recomendaciones para los visitantes: número uno ¡cuidado con las serpientes!
Si algo les resulta familiar, es porque aquí se han inspirado artistas y escritores y se filmaron escenas de películas como “Airbag”, “Orgullo y Pasión” o “El mundo nunca es suficiente”. El Parque se puede recorrer a pie, a caballo, en bicicleta o en vehículos a motor; cada una de estas opciones tiene sus propios senderos que forman en total una red de más de 700 Km. No está permitido acampar, pero se puede pernoctar al aire libre, en tanto que hay una zona especial para la estadía con caravanas.
La caminata por los senderos señalizados nos permitirá llegar hasta lugares como la Cueva Marín, el Barranco de las Cortinas, el Cabezo de las Cortinillas o El Fraile, una roca visible en todo momento del recorrido que se realiza por senderos de ganado, atravesando lomas y barrancos hasta una vieja pista que asciende hasta antiguos cultivares abandonados. También, descubrir lugares envueltos en leyendas, como la del famoso bandolero Sanchicorrota que para despistar a quienes lo perseguían, colocaba las herraduras de sus caballos al revés…
Si la idea es una excursión en bicicleta todo terreno, disponemos de varios senderos como el PlanoT, vueltas al embalse y al Polígono, Landazuria, la Plana de la Negra, y recorridos entre La Nasa y la Plana de Sagasti o Vadenovillas y S. Abarca, más un impactante recorrido llamado Gran Bardena, que permite conocer las Bardenas Reales de punta a punta; es una ruta lineal que se inicia en El Paso, al norte. Sus mejores lugares son la gran meseta Plana de la Negra y el emocionante descenso del escabroso barranco de Valdenovillas.
Quienes deseen recorrer el parque en sus propios vehículos deben saber que la velocidad no puede superar los 40 Km./h y sólo están permitidos grupos de hasta cinco vehículos. En el Centro de Atención de Visitantes les proveerán un plano de rutas autorizadas que les permitirán llegar hasta los lugares más emblemáticos del Parque.
Hay mucho más para ver y hacer en el Parque Natural Bardenas Reales, como deportes aéreos, caza y pesca en el embalse de El Ferial y balsas como La Cruceta, La Alegría o la Carretera de Ejea entre otras. La mejor época para visitarlo es entre septiembre y junio, para evitar las altas temperaturas o la época de lluvias. Si llegan el 18 de septiembre, podrán participar de la “Sanmiguelada”, cuando miles de ovejas recorren la Cañada de los Roncaleses y atraviesan el Paso para quedarse aquí durante el duro invierno.
Es muy fácil llegar al Parque Natural Bardenas Reales, desde Bilbao por la carretera A-68 o de Vitoria por la autovía a Pamplona y luego la A-15 con salida en Cadeitra y Arguedas. Si la idea es quedarse, encontrarán buenos alojamientos y restaurantes en Tudela, con opciones para todos los gustos y presupuestos.
La palabra Bardena no es una palabra esdrújula, es una palabra grave.
Quizás últimamente se publica a menudo como esdrújula, pero nadie perteneciente a la zona la escribirá ni pronunciará así.