Mongolia, el país de lo exótico y diferente

Karakorum

Mongolia nos suena a Genghis Khan, a Ulán Bator, su capital, a país completamente exótico y desconocido. Un viaje para aquellos turistas que busquen algo de aventura, pero también una arquitectura y unas tradiciones muy diferentes a las que solemos estar acostumbrados.

Dos son las ciudades que han de visitarse de manera imprescindible si tenemos pensado viajar a Mongolia. Una de ellas, claro está, es Ulán Bator, aunque no sea la más atractiva del país. Cada vez más proliferan en ella los templos budistas, aunque la naturaleza del entorno posiblemente eclipsa a su arquitectura. La ciudad está rodeada por numerosas montañas y bosques en los que vive el garuda, pájaro mítico en la mitología budista e hindú, símbolo oficial de Ulán Bator.

La otra alternativa de visita es Karakórum, aunque en este caso estamos ante una ciudad casi en ruinas. Fundada en 1235, fue durante treinta años la capital del Imperio mongol, cuando Genghis Khan la eligió para dicha tarea durante el siglo XIII. En el 2004 fue catalogada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus murallas de más de 400 metros de longitud nos recuerdan su pasado de esplendor, al que nunca más volvió.

Mongolia cuenta con paisajes de estepas infinitas y lugares de una belleza distinta. Su naturaleza nos recuerda a países de antaño, lugares casi vírgenes que se han detenido en algún lugar del tiempo. Desde el macizo de Altai hasta el célebre Desierto del Gobi, pasando por el Valle del Orkhon o las grandes estepas. Un viaje en el Transmongoliano, tren que nos lleva desde Pekín hasta Ulán Bator, nos servirá para disfrutar de todos estos parajes.

Paisajes en los que sobresalen como minúsculos dedos de la tierra los grez, las tiendas tradicionales de los nómadas kazajos. Una tradición está del nomadismo que, desafortunadamente, se está perdiendo poco a poco con el paso de los años. Ahora nos quedan las excursiones a caballo a través de estas estepas infinitas o recorriendo los principales senderos del Desierto del Gobi. Para los más aventureros, claro.

Mongolia es un país prácticamente intacto. Sus paisajes, monumentos, fiestas y tradiciones están por descubrir, lo que beneficia a cualquier viajero ávido de emociones y exotismo. Aquellos que sintáis la necesidad de descubrir algo nuevo y diferente, Mongolia es un destino especial.

Foto Vía Rutas 10

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