Lugares sorprendentes del mundo

Buda de Leshan

El mundo está lleno de lugares increíbles y sorprendentes, destinos maravillosos para unos y exóticos para otros, paisajes de ensueño, enclaves en los que encontrar las aventuras más insospechadas. Hacer una lista de los diez lugares más sorprendentes del mundo es bastante difícil. Por eso hemos querido escoger algunos rincones que no son demasiado conocidos para que así el asombro al descubrirlos sea mucho mayor.

Aquí van los 10 elegidos. Se admiten otras sugerencias.

10 Lugares increíbles del mundo

1.- Parque Nacional de Minneriya (Sri Lanka)

Una de las mejores reservas de elefantes y grandes mamíferos. Un lugar que, curiosamente, no está en África, sino en Sri Lanka. Durante la temporada seca una gran cantidad de elefantes van de «excursión» por todo el parque en busca del embalse de Minneriya. Este lago fue construido en el siglo III por el rey Mahasen, y en él se reúnen cada año más de 500 elefantes para beber y disfrutar del agua. Algo así como una fiesta solo para estos grandes animales. Hacer un safari en todoterreno para contemplar este espectáculo es impactante.

Minneriya

2.- Devils Tower (Wyoming, Estados Unidos)

El Monumento Nacional de la Torre del Diablo es un tremendo monolito de casi 400 metros de altura situado en Colinas Negras. Fue el primer monumento nacional que se declaró en los Estados Unidos y seguro que a muchos os suena de verlo en la película Encuentros en la Tercera Fase. Su relación con los extraterrestres no solo abarca este film, sino que corren leyendas de que esta enorme piedra ígnea puede ser una plataforma de aterrizaje de platillos volantes. ¿Queréis descubrir si es cierto?.

Más información en: Devils Tower

3.- Gran Buda (Leshan, China)

La imagen del Gran Buda de Leshan seguro que la habéis visto en más de una ocasión (podéis verla en la foto superior). Si no es así, imaginad una estatua de un Buda de 71 metros de altura (la estatua esculpida en piedra de Buda más grande del mundo), hombros de 28 metros de ancho y cejas de hasta cinco metros de longitud. A todo esto, la estatua está enclavada en los acantilados de la provincia de Sichuan, en la confluencia de los ríos Dadu y Min, como si de un hombre-montaña se tratara. Situaros en el dedo pequeño de su pie y contemplad algo imposible de describir con palabras.

4.- Islas de Raja Ampat (Papúa Occidental, Indonesia)

Más de 1.200 especies de peces y 600 de coral viven en las cuatro islas y los más de 1.500 pequeños islotes, cayos y bancos de arena que componen este pequeño archipiélago. De unos años a esta parte son muchos los barcos llenos de submarinistas que recorren la costa de Sorong, en Papúa Occidental, para llegar a este paraíso. Lo más recomendable es visitarlo entre los meses de abril y octubre, durante la temporada seca. Impresiona sobremanera el contraste entre el verde de la naturaleza y el turquesa de las aguas.

Raja Ampat

5.- Parque Provincial de Ischigualasto (San Juan, Argentina)

Un lugar que se le conoce popularmente como el Valle de la Luna no puede por menos que ser un destino sorprendente. Aquí todo es extraño, diferente. Se cree que las formaciones geológicas que vemos tienen más de 200 millones de años. Un valle desértico, inhóspito, enclavado entre dos cadenas montañosas y en donde los colores adquieren connotaciones especiales. Aún pueden verse, en algunos casos, las huellas de animales que habitaron este valle hace millones de años. Un viaje inesperado a la prehistoria.

Más información: El Valle de la Luna en Argentina

6.- Shwedagon Paya (Yangon, Birmania)

Yangon es la antigua capital de Birmania, y su principal atractivo es esta impresionante stupa de cien metros de altura. La veréis desde cualquier punto de la ciudad ya que está completamente recubierta en oro. Al color dorado hay que añadirle una aguja incrustada de gemas en la parte superior y una orbe de más de cuatro mil diamantes. Es la pagoda más sagrada para los budistas del país, ya que en ella se guarda un cofre con ocho cabellos de Buda. Para entrar en ella hay que descalzarse antes.

Shwedagon Paya

7.- Glaciar de Franz Josef (Nueva Zelanda)

Situado en el Parque Nacional Tai Poutini, cuenta la leyenda que una joven, ante la pérdida de su amor, lloró en esta zona tanto y tanto que sus lágrimas se congelaron y dieron lugar al glaciar. De ahí que los maoríes lo llamen Hine Hukatere, que significa «las lágrimas de la joven del alud». Un capricho es darse una vuelta en helicóptero sobrevolando el glaciar. El escenario os brindará el paisaje de un río de hielo arropado por escarpadas montañas. Es uno de los pocos glaciares en el mundo situado en el interior de un bosque lluvioso.

Más información en: El Glaciar de Franz Josef

8.- Acantilados de Vestmanna (Islas Feroe)

Las Islas Feroe son un pequeño archipiélago que se encuentra entre Noruega e Islandia. De sus pintorescos pueblos con casitas de colores hay que destacar Vestmanna, uno de sus mejores puertos naturales. Allí se levantan unos impresionantes acantilados de basalto de más de 500 metros de altura, considerados las defensas marítimas de estas islas. Desde el pueblo se organizan excursiones en barco para adentrarse en las grutas que hay a los pies de estas moles, desde las que se escuchan los graznidos de las aves.

Vestmanna cliffs

9.- Parque Nacional de los Lagos de Plitvice (Croacia)

Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1979, este parque nacional agrupa hasta 16 lagos interconectados mediante una serie de cascadas (se cuentan más de noventa) El agua va de un lago a otro, sorteando enormes cuevas de piedra caliza, densos bosques y un paisaje que nadie ha podido describir mejor que la propia naturaleza. El turista puede recorrer una serie de senderos y puentes de madera para disfrutar de unas vistas únicas. Preparad la cámara de fotos porque no pararéis de inmortalizar estampas.

Más información: Las Cascadas Plitvice en Croacia

10.- Trolltunga (Noruega)

¿Sois valientes y no tenéis vértigo? Hasta que no os asoméis a la roca de Trolltunga no podéis responder a esta pregunta de forma concluyente. Dicen los noruegos que desde esta plataforma se puede ver el infinito de las cosas. Para llegar hasta aquí nos situamos en la ciudad de Odda, a 130 kilómetros de Bergen. A través de una serie de senderos subimos hasta este saliente de la montaña o «lengua de troll», que así significa su nombre. ¿Os atreveréis a mirar hacia abajo?…

Trolltunga

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