Luang Prabang, en Tailandia
Uno de los países sin salida al mar del sudeste asiático es Laos. Tiene frontera con China, Vietnam, Camboya, Tailandia y Birmania así que muchos mochileros suelen incluirlo en su húmedo y caluroso viaje por esta parte del mundo. Laos fue un reino, el Reino de Lan Xang y después fue una colonia francesa hasta que se independizó en 1949. Después tuvo una larga guerra civil que terminó en 1975 y que tuvo como ganador al grupo comunista. Desde los años ’80 se ha permitido la presencia de empresas privadas aunque su economía todavía está basada, en un gran porcentaje, en la agricultura de subsistencia. No es un país rico, a eso me refiero, así que si sales con la mochila al hombro debes andar con cuidado.
En Laos hay un sitio que la UNESCO ha consagrado como Patrimonio Mundial: se trata de la ciudad de Luang Prabang, situada en la zona norte central del país, en el punto en el que se encuentran los ríos Mekong y Nam Khan. Luang Prabang es la capital de la provincia del mismo nombre y antiguamente fue la capital del reino. Su nombre entonces era Muang Sua y debido a su rica historia y participación en los sucesos del reino está llena de sitios de interés cultural e histórico pero también natural.
Entre los atractivos naturales están las Cataratas Kuang Si, a unos 29 kilómetros al sur de la ciudad. Son el destino favorito de muchos turistas, locales y extranjeros. Comienzan en unas lagunas mansas arriba de una suave colina y después el agua cae desde una altura de 50 metros para volver a formar estanques de aguas turquesas. Son varias cascadas y para visitarlas hay que pagar un pequeño precio que sirve para mantener las pasarelas de madera y los puentes del circuito turístico que permite apreciarlas. Si bien se las considera un sitio sagrado la mayoría de las piscinas están abiertas para la gente que quiera nadar y también para quienes deseen escalarlas.
Y entre los atractivos históricos-culturales tenemos el Templo Wat Xieng Thong, un templo budista que data de 1560 y está cerca del río Mekong, con sus muchas estatuas de Buda, y el Museo del Palacio Haw Kham, un edifico que data de 1904 y que fue construido durante la ocupación francesa para el rey de Laos y su familia. Vale la pena recorrerlo todo pues es enorme, muy hermoso, y tiene en el salón del trono las joyas de la corona de Laos.
Fotos: vía Wikipedia
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