Islas Azores: escapada a cinco maravillas
Perdido en medio del Atlántico, el Archipiélago de las Azores, refugio elegido por las ballenas azules, envuelto en la niebla, sólo quebrada su calma y su silencio por el silbido de las gaviotas… No son muchos los viajeros que han descubierto estas islas privilegiadas, en realidad nueve islas volcánicas de naturaleza casi inexplorada.
Es tan poderosa la belleza de estas islas, que sin dudas al mencionar alguno de sus lugares estaríamos dejando de nombrar otros igualmente hermosos. Por eso hemos elegido las Cinco Maravillas, destinadas a competir entre los siete mejuores espacios naturales de Portugal.
Lagoa do Fogo:
Está ubicada en la Isla de Sao Miguel (cuya capital es Ponta Delgada). Es considerada Reserva Natural desde 1974; ocupa la cima de un volcán cuya última erupción ocurrió en 1563 y forma parte del gran macizo Sierra de Água de Pau. Con sus 1360 ha. de superficie, alcanza una profundidad de 30 metros en el marco de un paisaje de incalculable belleza sobrevolado por majestuosas rapaces. Es el punto más alto de la isla, a 949 metros sobre el nivel del mar.
Pico:
Ubicado en la isla de Pico, es un volcán extinguido al mismo tiempo el punto más alto de esta isla y de todo Portugal. Tiene unos 5000 metros de altura de los cuales emergen sólo 2351 metros. El volcán, que integra una formación de 750.000 años, entró en actividad por última vez en el siglo XVIII. A pesar de su geografía tortuosa y clima inestable, es uno de los principales lugares visitados por los viajeros deseosos de aventuras, pues esconde muchos senderos secretos. En los faldeos se encuentra Paisaje de la Viña, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Algar do Carvão:
Se encuentra en Caldeira Guilherme Moniz, puerto del barrio judío en la isla Terceira; es considerado un monumento natural. Es parte de un volcán inactivo que integra la llamada zona “báltico-fisural” a 550 metros sobre el nivel del mar. Se originó en la erupción de Pico Alto, de la que nacieron ríos de lava que cubrieron la caldera y formaron uno de los lugares más bellos de las Azores. Se destaca por la existencia de estalactitas únicas en el mundo por la presencia de silicatos debidos a aguas termales o algas con altos niveles de esa sustancia. Las bóvedas están recubiertas de negra piedra de obsidiana que forma capas y bolas por la acumulación de gases. Las primeras exploraciones del Algar sólo fueron posibles a partir de 1963, y hoy en día es posible descender con guías especializados.
Furna do Enxofre (azufre):
Esta caverna en el municipio e isla de Santa Cruz da Graciosa, tiene 194 metros de largo y 40 metros de altura en el centro. Es única en la vulcanología y espleología internacionales y se formó a partir de dos centros eruptivos; alberga un lago frío comunicado con un sector de géiseres y barro que emana gases peligrosos por lo cual es monitoreada en forma permanente. Las exploraciones se iniciaron en el siglo XIX y fue visitada por personalidades como el Príncipe Alberto de Mónaco y el naturalista Georg Ferdinand Fauqué Hortung.
Lagoa das Sete Cidades:
A las puertas de la ciudad en la isla de Sao Miguel. Es uno de los lugares emblemáticos del archipiélago, de una belleza mística y grandiosa. Sorprende el color inusual de sus aguas: dividido por un canal de poca profundidad, ¡son de un lado azules y del otro, verdes! Incluye una zona urbana, conformada por siete parroquias, lo cual da nombre al lugar. Esta isla fue mencionada por Platón como una isla “imaginaria” y según la mitología marítima, las Azores eran las cimas de las montañas de la fabulosa ciudad sumergida de la Atlántida.
Si la idea es quedarse, encontrarán excelente hotelería y restaurantes; es muy fácil llegar a las Azores por aire vía Lisboa en un vuelo de algo más de dos horas; todas las islas tienen aeropuerto, ya que el avión es la forma habitual de moverse entre ellas.
Foto vía:Wikipedia
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