Escapada senderista al Parque Natural Sierra de Cebollera
Este parque de casi 24000 ha de extensión visitado por más de 26000 personas al año se encuentra al sur de la Comunidad Autónoma de La Rioja, justo en el límite con Soria, en la llamada Comarca de los Cameros. Interesará al visitante saber que este topónimo se origina en el nombre de los antiguos pobladores de la zona, cántabros y berones, nombres que se sintetizaron en “Camberos” para simplificarse, más adelante, en cameros
Hay muchísimo para ver y hacer en el Parque, como visitar las Cascadas de Puente Ra, que se forman en el arroyo del mismo nombre, al que se puede llegar a pie desde el área recreativa del Achichuelo – La Blanca en un precioso camino que discurre paralelo al río, o los Hoyos de Iregua, unas lagunas formadas por la erosión de los glaciares. Todo esto, entre bosques de hayas y pinos como los que se encuentran en los alrededorers de la Ermita de Lomos de Orio y Puerto de Piqueras.
Lo mejor será comenzar el recorrido por el Centro de Interpretación de Sierra de Cebollera, que se encuentra en Villoslada de Cameros. Aquí nos introduciremos en esta particular región, un verdadero refugio atlántico en el mundo mediterráneo. Está abierto durante julio, agosto y septiembre de martes a domingos de 10 a 14 y de 17 a 19 h.; recomendamos informarse acerca de los horarios durante el resto de año. También se puede comenzar por el Centro de la Trashumancia, en la base de la subida al Puerto de Piqueras. Forma parte de un conjunto arquitectónico recientemente restaurado: la Venta de Piqueras, dedicado a la cultura de los pastores trashumantes, un estilo de vida que se prolongó hasta mediados del siglo XIX. La trashumancia se reflejaba por ejemplo en la disposición de las casas de piedra, sobre la ladera de la sierra, en los chozos y rediles en el monte, en las artesanías realizadas con trozos de tela llamadas “almazuelas”.
La actividad ideal en el Parque Natural Sierra de Cebollera es el senderismo. De hecho, el Parque cuenta con ocho senderos señalizados, en total 71,3 Km. con paneles informativos y marcas color naranja y verde, de diferente extensión y grado de dificultad, aunque en general son de media montaña, de nivel medio o bajo, que se pueden hacer a pie o en bicicleta.
Algunos están divididos en etapas, como la Vía Romana del Iregua, que atraviesa todo el parque por la antigua vía romana que unía Varea con Numancia, que se compone de siete etapas. Uno sencillo es el sendero autoguiado La Blanca, que parte del área recreativa, de un kilómetro de extensión, que nos lleva al pinar. Los más observadores descubrirán algunas curiosidades, como los líquenes colgantes, las cuernas de ciervo y de corzo que aparecen en el suelo, y aprenderán a diferenciar una piña roída por un ratón de campo o por una ardilla: los primeros dejan el cono prácticamente liso, mientras que las segundas ¡dejan una especie de penacho en la punta!
El Parque cuenta con un servicio de visitas guiadas y actividades de reconocimiento; también cuenta con observatorios de la Naturaleza a lo largo de los recorridos. Es accesible en parte para personas con movilidad reducida y aunque es un lugar muy tranquilo, es bastante concurrido en verano y fines de semana largos.
Es muy fácil llegar por aire o por tierra; el aeropuerto más cercano es el de Logroño así como la estación del ferrocarril. El autobús nos dejará en Villoslada de Cameros, a menos de 2 Km. del Parque. Si llegan en su propio automóvil deberán tomar la N-111 y encontrarán aparcamiento en el lugar. Si la idea es quedarse, el Parque cuenta con alojamientos rurales como casas, posadas y albergues, y también hay un camping en Villoslada.
Venir con niños no será problema, ya que el parque tiene un área recreativa infantil. A la hora de comer se puede optar por alguno de los tres restaurantes o cuatro bares del Parque o los cercanos de Lumbreras y la Venta de Piqueras. Para llevar algo de recuerdo a casa, lo mejor serán los tapices, bolsos o cojines realizados con la técnica de la almazuela.
Foto: Maninmoro
Conéctanos