Escapada a Lausana, ciudad sorprendente
Lausana, capital del cantón del Vaud en Suiza, es habitualmente conocida como una ciudad abierta, de vibrante vida cultural, grandes acontecimientos deportivos y una excelente calidad de vida. Sin embargo, guarda secretos que la convierten en una ciudad sorprendente, engarzada en un paisaje entre los más hermosos del mundo, asomada al lago Léman y a sólo 10 Km. de su vecina Evian, al pie de los Alpes saboyanos. Contada y cantada por artistas de todos los tiempos, sus alrededores son mágicos e insólitos, como un viñedo declarado Patrimonio de la Humanidad, bicesendas bordeando el lago y un excepcional queso gruyère.
Uno de los más modernos atractivos de la ciudad es el metro que permite ascender la montaña hasta el bosque de Sauvabelin. Llamado “m2”, es un transporte automático sobre neumáticos que conecta el puerto de Ouchy con la estación de Croisettes, en total 14 estaciones que se cubren en 20 minutos y es utilizado por 18 millones de personas al año. También permite llegar al casco antiguo de la ciudad: Bessières, la única estación al aire libre y equipada con ascensores.
Ya que hablamos de modernidad, conozcamos el barrio de Flon. Fue creado a partir de unos antiguos almacenes a pocos pasos de Bel-Air, la primera torre de apartamentos construida en 1932. Hasta hace algún tiempo esta zona era surcada por el arroyo Flon que permitía el transporte de mercaderías. Es un barrio animado y moderno, decorado con esculturas contemporáneas de madera, con el Miroiterie que es uno de los edificios más modernos con una particular fachada y dotado de baños públicos ¡de paredes transparentes!… que se opacan cuando están ocupados.
Cerca de la estación del metro de la plaza Saint-François aquí en Flon, hay un ascensor que nos lleva hasta una terraza desde la que se obtienen impresionantes vistas de la ciudad; se ve claramente que Lausana fue construida sobre tres colinas comunicadas entre sí por tres puentes. Precisamente a la altura del puente de Bessières, construido en 1908, hay una terraza que regala bellas vistas panorámicas de la ciudad. En el centro antiguo se encuentra la catedral gótica. Alberga el instrumento musical más grande de Suiza: un magnífico órgano de 11 metros de largo y ocho de alto, con tres teclados y siete mil tubos, dotado de un sistema electrónico que permite tocarlo a la distancia. Desde las diez de la noche hasta las dos de la mañana las horas no son dadas por el reloj de la catedral sino de viva voz por un vigía, igual que desde hace 600 años.
El funicular nos deja en el barrio de Ouchy, antigua aldea de pescadores sobre el lago Léman. Aquí se encuentra La Vaudoise, el barco de fondo plano y vela latina más antiguo de Suiza, sin embargo todavía dispuesto a llevar a sus visitantes de paseo por el lago. Desde aquí podemos tomar también la bicisenda hasta Vevey-Montreux; pasaremos entre otros por el viñedo en terrazas de Lavaux, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2007. Estos viñedos se cultivan en terrazas desde el siglo XII y son una maravilla de la ingeniería debido a lo empinado de las laderas.
Si la idea es quedarse, encontrarán excelentes alojamientos en Lausana y encantadores lugares a orillas del lago. Comer no será problema; todo el recorrido está salpicado de restaurantes que ofrecen platos típicos y tabernas de pescado con la pesca del lago y sitios para degustar productos como los vinos de Lavaux y los quesos de la región.
Es muy fácil llegar a Lausana, en el corazón de Europa, a sólo 60 Km. del Aeropuerto Internacional de Ginebra-Cointrin. También se puede llegar desde el sur, por el Lago de Ginebra, una de las formas más románticas de arribar a la ciudad. Está muy bien conectada por carreteras con las principales ciudades del país y cada hora llegan trenes desde todas las ciudades de Suiza y Europa.
Foto: Vía WikiCommons
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