Escapada a la región de Cognac
En el siglo XIII, ciertos vinos de la región del Cognac, en Francia, hacían las delicias del mundo europeo; en el siglo XVII esos mismos vinos comenzaron a elaborarse en toneles de roble y con un proceso de doble destilación, convirtiéndose en el famoso «licor de los dioses» que transformaría a esta localidad en la capital mundial de la bebida espirituosa que lleva su nombre. El cognac, símbolo de un estilo de vida, nos invita a descubrir la región y disfrutar de sus encantos.
La región del Cognac está ubicada en el norte de Aquitania, bordeando el Océano Atlántico, en la desembocadura del Gironda e incluyendo las islas de Ré y Oléron, Angulema y las primeras estribaciones del Macizo Central. Su suave relieve es surcado por ríos como el Charente y otros más pequeños; su clima templado y de inviernos suaves la hacen ideal para visitar todo el año, recuperando la esencia de Francia, las leyendas, romanticismo y gastronomía de esta hermosa provincia.
Comencemos visitando la ciudad de Cognac, cuna del rey Francisco I, con su casco histórico, verdadero laberinto de calles angostas, y sus casas antiguas recubiertas por un hongo que se alimenta con los vapores del alcohol y les da un aspecto negro aterciopelado. Visitaremos el Castillo de Francisco I, la Iglesia Saint Léger, la puerta Saint Jacques y antiguas mansiones del siglo XVIII muchas de ellas convertidas en deliciosos hoteles.
Aquí en Cognac se celebran varios festivales, como el «Coup de chauffe» de espectáculos callejeros, el musical «Cognac Blues Passions», el Salón de Literatura Europea, la Feria de las Flores y, por supuesto, la Fiesta de la Vendimia con una muestra de alambiques.
La ruta del Cognac nos permitirá visitar varias casas productoras, desde las más sofisticadas hasta modestas destilerías; en todas podremos descubrir algún secreto de la elaboración de la bebida.
En otras ciudades de la región nos espera un impactante patrimonio artístico, arquitectónico y natural, como la catedral Saint Pierre de Angulema, las Termas de Saint Saloine y el Arco de Germanicus de Saintes, el antiguo puerto de La Rochelle o los legendarios Arsenales de Rochefort. Recorrido que podemos complementar con una excursión fluvial por el río Charente; la época ideal para realizarla es entre marzo y noviembre, y a lo largo de su curso en la región, disfrutaremos de la vista de las iglesias románicas engarzadas en un paisaje de llanura y suave relieve.
Estas iglesias y santuarios comenzaron a edificarse en el siglo XI ya que se encontraban en el Camino de Santiago, dando origen a un estilo refinado y elegante utilizando los materiales de la región. Sus interiores sencillos contrastan con los magníficos capiteles y frescos, y la piedra caliza se presta para los ornamentos delicadamente cincelados.
Si preferimos el turismo activo, la región ofrece muchas alternativas, como equitación, recorridos en vehículos de doble tracción, golf, remo, senderismo y todas las actividades náuticas en las costas del Atlántico, como también disfrutar de sus playas solitarias y de los balnearios ubicados en las sorprendentes islas de Ré, Oléron y Aix.
No dejemos la región sin disfrutar de su exquisita gastronomía, que se complementa perfectamente con sus vinos: platos elaborados con productos de granja, caza, pescados y frutos de mar, acompañados por cognac y otros vinos locales: caracoles de viña a la «charentaise», ostras encebolladas con vinagre, mejillones a las brasas, queso de cabra y postres tradicionales como el «bavarois» o el «soufflé».
Si la idea es quedarse, en la ciudad de Cognac encontraremos varios hoteles tradicionales y modernos; recomendamos informarse porque algunos sólo están abiertos en temporada. Comer no será problema: hay muchos restaurantes y bares alrededor de la plaza donde sentarse a comer algo, aunque también hay restaurantes de categoría y una «cognacteca» con botellas de hasta cien años de antigüedad.
Es muy fácil llegar a Cognac: está a sólo tres horas de viaje de París, abordando el TGV. La autopista París-Burdeos pasa a 30 km de Cognac y también está muy cerca del aeropuerto internacional de Burdeos-Mérignac.
Foto: Wiki Commons
Conéctanos