Escapada a Hondarribia, cultura y diversión
En el extremo oriental de la Costa Vasca se encuentra Hondarribia, a los pies del Monte Jaizkibel, el más alto de la Cornisa Cantábrica, con sus costas bañadas por el Mar Cantábrico. El río Bidasoa desemboca en la Bahía de Txingudi creando un entorno privilegiado que además señala la frontera natural con Hendaia en el País Vasco del lado francés.
Interesará al visitante saber que la Bahía de Txingudi abarca también los municipios de Irún y Hendaya, formando una Reserva Natural y prácticamente una sola región turística. El estuario del Bidasoa es elegido por las aves en sus largas rutas migratorias y el en Cabo de Higer se forman impresionantes acantilados. Si algo te resulta familiar, es porque Hondarribia fue descripta por el gran escritor Víctor Hugo en su libro de viajes “Los Pirineos”: “la silueta de un pueblo de oro, con campanario agudo, al fondo de un golfo azul, en una extensión inmensa”. Muchos otros escritores y artistas se enamoraron de esta ciudad, como Stendhal y Pío Baroja.
Hay muchísimo para ver y hacer aquí en Hondarribia, que ya a fines del siglo XIX se perfiló como una villa de veraneo, modificando la arquitectura y el urbanismo de la ciudad. Actualmente cuenta con unos 16.000 habitantes que superan los 40.000 en temporada, convirtiendo a la ciudad en un animado centro de cultura y diversión. Lo mejor es comenzar por el casco histórico; fue la primera ciudad fundada por un rey castellano, y siempre fue una ciudad fortificada, de importante actividad comercial. En la parte antigua todavía se conservan antiguas edificaciones de caliza de la época medieval. La Muralla es impresionante; fue construida entre los siglos XV y XVI, con cubos, baluartes, fosos y puentes levadizos. Las puertas de acceso a la ciudad eran Santa María y San Nicolás.
Un recorrido muy interesante es el del Tren Verde Minero de Irún; incluye los antiguos hornos de Irugurutzeta. El tren verde parte de la plaza de Irún y llega hasta la zona de Irugurutzeta donde se inicia una visita a pie a los antiguos hornos encargados de la calcinación del mineral para la extracción de hierro. El viaje es para grupos de hasta 15 personas, el paseo es acompañado por una guía y recomendamos seguir estrictamente las indicaciones de los guías.
Es muy fácil llegar a Hondarribia por aire por tierra o por mar. El Aeropuerto más cercano es el de San Sebastián, del que diariamente parten y llegan viajeros desde Madrid o Barcelona. Los que lleguen en su propio automóvil deben tomar las autopistas A8 Bilbao Behobia, la N-1 o la N-121 desde Pamplona. Si, por ejemplo, tienes pensado acercarte a Pamplona a celebrar la festividad de San Saturnino, permítete esta escapada durante los días libres que tengas disponibles.
Estas carreteras llegan a Irún, pero Irún y Hondarribia son localidades colindantes. Irún por su parte cuenta con una Estación Internacional de ferrocarriles, de la que todos los días parten y llegan destinos con cualquier destino en Europa. Los navegantes se sentirán a gusto: desde el puerto deportivo de Hendaya hay barcos cada 15 minutos que llegan a Hondarribia a través de la Bahía de Txingudi.
Si la idea es quedarse, encontrarán una amplia oferta de alojamiento para todos los gustos y presupuestos. Comer no será problema: abundan los bares y restaurantes, pero no importando dónde se sienten a comer, no deben dejar de saborear los platos típicos de la región: frutos de mar, pescados y mariscos, carnes de caza, en una sabia y deliciosa combinación con los productos de la tierra, por ejemplo la merluza koxkera, los chipirones en su tinta y el pastel vasco. Otro “rito” gastronómico muy popular en la comarca bidasotarra es la “sidrería”. Todo esto, muy bien acompañado con la bebida preferida de los bisotarras, la sidra, que comienza a beberse en enero directamente desde la kupela o barril. Otros acompañamientos para la sidra son la tortilla de bacalao, bacalao con pimientos, y el sencillo y deliciosos postre compuesto por queso, nueces y membrillo.
Foto: vía Wikipedia
A eso iba, precisamente, como bien imaginas.
Ya estáis con las tontadas de siempre.
El artículo es un punto referencial. Yo animo a todos los que sientan curiosidad que se informen sobre Hondarribia. Es una ciudad espectácular.
En verano y primavera, con ajetreo, vida social….
Pero en otoño e invierno, es una ciudad sencillamente única. Pasearás entre sus gentes, como si estuvieras en un pueblo, tranquilo, apartado, sosegado…. que lo es. Pero con los servicios de una ciudad turística de primer orde. Vas a disfrutar en esa época de sus hoteles, restaurantes y bares como no lo imaginas.
Y te recomiendo encarecidamente lo que dice Mónica en su primer comentario. La audioguía es fantástica y te descubre toda la historia, curiosidades, anécdotas de la ciudad. Vamos, lo que te gustaría conocer de aquél lugar al que vas, y que te sueles perder entre la información «oficial» de su oficina de turismo.
No lo dice Mónica, pero la puedes descargar de la página del hotel Río Bidasoa. ES GRATIS.
Yo estuve en ese hotel por estas época de mediados de noviembre y está de lujo. Jardines, piscina, habitaciones de primera y a tres minutos andando de la parte vieja y a siete de La Marina, que es la zona de bares. TE LO RECOMIENDO.
Hondarribia es uno de los muchos rincones encantadores de Euskal Herria.
Incluido mi pueblo, Tolosa, que también siendo una localidad pequeña, tiene muchas cosas que ver………que visitar….que comer y que beber ;-)).
Me encanta Euskadi, eso si, sobre todo en verano.
Saludos y buen artículo