El Hotel Unión de Noruega, autos y paisajes de colección
En la región de Sunnmøre, en Noruega, se encuentra el fiordo más hermoso del mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad: el Geiranger, en la rama del Gran Fiordo. Cada año, seiscientos mil turistas llegan al pequeño pueblo y puerto de Geiranger para dejarse conmover por esta maravilla de la Naturaleza.
En este lugar, en el año 1907, se instaló Karl Mjelva, un pionero que avizoró el futuro turístico que se avecinaba: el primer crucero turístico llegó al puerto de Geiranger en 1869, y en 1906 ya eran ciento veinte los buques que transportaban más de diez mil turistas, fascinados por el paisaje, el aire puro y la magia del sol de medianoche de Noruega.
Ese año adquiría el Hotel Unión e instalaba la primera central eléctrica del país, pasando a ser su hotel el único con luz y calefacción eléctricas. En 1910, introdujo otra innovación: paseos en auto para los turistas, en vez de las tradicionales excursiones a caballo. Llegó a tener una potente flota que actualmente descansa en el sótano del Hotel, a la espera de los turistas: el único Studebaker President que queda en el mundo, del año 1932; uno de los cuatro Buick de 1927 que hay en el planeta y otros modelos de esta misma marca; un Nash de 1931, un Cadillac de 1919; otro Studebaker, éste de 1925; un Hudson de 1922, un Ford AA de 1929 y un Paige de 1919.
Estas joyas de la industria automotriz están cuidadosamente protegidas y restauradas y cada una tiene asignado un chofer uniformado para llevar de paseo a los turistas que pueden disfrutar así de un verdadero lujo: pasear por el fiordo cómodamente sentado en esos asientos de cuero asistiendo al espectáculo de la Naturaleza.
El edificio original era una casa de madera de estilo suizo, pero ha sido reconstruido y modernizado para dotarlo del máximo confort sin perder la calidad y calidez que caracteriza a cuatro generaciones de una familia de hoteleros. Cuenta con restaurantes, un spa de ensueño y 197 habitaciones con vista al fiordo o al bellísimo entorno natural que lo rodea.
Hay mucho para hacer en los alrededores, como visitar el pueblo o subir al monte Dalsnibba recorriendo las setenta curvas cerradas de la carretera, un proyecto que obtuvo la Medalla de Oro de Ingeniería Civil en la Exposición de París, en 1880… por supuesto, en alguno de los autos antiguos que transformarán la excursión en una experiencia inolvidable.
Fotos: Hotel Union
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