El Canal de Corinto, curiosidades de Grecia

El 9 de noviembre de 1893 quedaba por fin inaugurado el Canal de Corinto. Y decimos por fin porque la idea de construir algo similar ya se venía gestando desde… ¡¡¡ el siglo VII a.C !!. Sin embargo en aquella época no se disponía de los medios necesarios para ello. Hubo que esperar hasta finales del siglo XIX para que el ingeniero húngaro Esteban Turr ideara el proyecto.

¿Cómo es el Canal de Corinto?

Este canal es más que una curiosa obra de ingeniería. Se trata de una vía de agua artificial que une el Golfo de Corinto con el Mar Egeo por el istmo de Corinto, dividiendo a Grecia en dos: separando la región del Peloponeso de la Hélade. Tiene una longitud de algo más de seis kilómetros, y una anchura de solo 21 metros. Resulta más que interesante subir hasta el mirador y ver cómo transitan por él los barcos, la mayoría de ellos cruceros turísticos.

Todo el canal está excavado en la roca. Desde la parte más alta hay cuarenta metros hasta el agua. Realmente no es demasiado espectacular, ya que existen en el mundo otros canales mucho más impresionantes. Sin embargo la sola idea de pensar que durante siglos y siglos se intentó construir sin éxito… Reyes y emperadores lo tuvieron en su programa electoral, por decirlo de alguna manera, pero no hubo forma…

Y es que este canal suponía un ahorro bastante cuantitativo. Esta vía marítima supone salvar una distancia que antes se debía recorrer obligatoriamente. Unos 400 kilómetros menos por mar, ni más ni menos…

El canal se halla apenas a dos kilómetros de la ciudad de Corinto. Una ciudad llena de historia y en la que no debemos dejar de probar sus famosas pasas, que podéis comprar en cualquier tienda.

Hoy en día son más de doce mil barcos al año los que cruzan este canal. Posiblemente si alguna vez tomáis un crucero por las islas griegas os tocará pasar por él. Solo tiene 21 metros de anchura. Imaginad que transitáis por un largo pasillo de más de seis kilómetros con enormes paredes de roca a ambos lados. Todo un desfiladero que desembocará en la belleza cristalina del Egeo.

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