Edificio Chrysler, emblema de Nueva York

Durante once meses fue el edificio más grande del mundo y su imagen simboliza lo que ocurría en la década de 1920 cuando en los Estados Unidos se propagó una fiebre por las construcciones monumentales. Hablamos del edificio Chrysler, al que se le puede ver en la ciudad de Nueva York, realmente imponente por su cúpula maravillosa, una cobertura de acero que refleja el sol y un interior sumamente lujoso.
Localización e historia del edificio Chrysler
El edificio Chrysler está ubicado en el lado este de Manhattan, más precisamente en el 405 de la Avenida Lexington. Construido en estilo art decó, tiene un total de 319 metros de altura y fue el rascacielos más alto del mundo hasta que en 1931 se inauguró el Empire State. De todos modos, permanece como uno de los símbolos mayores de los neoyorquinos.
En su origen, esta edificación fue propiedad de la empresa Chrysler, que nunca llegó a instalar sus oficinas en él. En 1997 lo adquirió por 250 millones el conglomerado que conforman las firmas TMW Real Estate y Tishman Speyer Properties, en 2008 entró a formar parte de su capital el fondo de inversiones de Emiratos Árabes, Mubadala, quien invirtió en él 800 millones de dólares por el 90% de la sociedad. Curiosamente, en este 2019, el edificio ha vuelto a ser vendido por solo 150 millones de dólares, con unas pérdidas millonarias para el fondo árabe, en un momento en que la crisis inmobiliaria parece haberse cebado con toda la zona de Manhattan.

¿Cómo es el edificio Chrysler?
Si estás pensando en hacer un tour por Manhattan, una de tus paradas debería ser la de este edificio, no solo por su simbolismo sino también por su belleza particular.
Su diseñador fue William Van Allen, arquitecto que con su obra inspiró a múltiples expertos que por entonces diseñaban otros edificios: por ejemplo, el One Liberty Place de Filadelfia tiene evidentes influencias.
La apertura al público de esta obra se llevó a cabo en mayo de 1930, aunque posteriormente se fueron realizando algunas remodelaciones. Por ejemplo entre 1978 y 1979 se llevaron a cabo algunas obras en el vestíbulo, el cual fue revestido con materiales como mármol, acero y granito. Otro detalle de su construcción es la aguja que se puede ver en su cima, la cual fue restaurada y completada en 1995.
Cuenta con múltiples detalles a tener en cuenta, por ejemplo la ornamentación superior del edificio es similar a la de una parte de los autos Chrysler, mientras que en el piso 31 hay otro detalle automovilístico: en cada esquina hay unas réplicas de los radiadores. También en el piso 61, existen cuatro gárgolas con forma de águila.
Son muy lujosos sus interiores, con especial atención en el mencionado vestíbulo, como así también en los ascensores que tienen su decoración original hecha en felpa. Hay que señalar que el mirador se ha convertido en la actualidad en un club privado y que los pisos superiores son bastante estrechos, con techos inclinados y bajos, utilizables mayormente para la puesta de maquinaria y artefactos eléctricos y mecánicos. Todo lo que tiene que ver con el equipamiento técnico se guarda en el piso 30, por ejemplo.
Este edificio es una de las visitas imprescindibles en toda visita a la ciudad de Nueva York.
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