Cardiff, corazón de Gales
Reconozco que nunca estuvo en mi cabeza el viajar a Gales ni a su capital, Cardiff. De hecho, para mí era prácticamente un país desconocido. Entre mis preferencias, en principio, estaba Escocia e incluso Irlanda. Sin embargo, el hecho de que me invitaran a conocerla, y sobre todo, el apoyo y los consejos de mi mujer (quien parece tener corazón galés, a haber vivido en otra vida en aquellos lares) me hizo verla con otros ojos y poco a poco ir descubriendo y amando lo mucho que puede ofrecer.
Gales es acogedora, respetuosa, familiar y sobre todo, muy tranquila: paisajes verdes y húmedos; pequeños pueblos encantadores de piedra, costas abruptas y recortadas en acantilados y bahías de playas muy amplias y de arena blanca, y además guarda el aroma misterioso que sus muchísimos castillos ofrece. En cierto modo junta los paisajes irlandeses con el encanto medieval escocés.
Desde el primer momento de nuestro viaje tuve claro que sería Cardiff nuestra base de operaciones. No sólo porque es la que mejores servicios puede ofrecer al turista, sino porque es el centro de muchas excursiones, y el país en sí, es tan manejable que desde su capital se puede viajar a cualquier lado. Y desde luego, como buen ferroviario que soy, entre mis objetivos estaba el tomar un tren en su estación para recorrer toda la costa de la Península de Gover y adentrarme hasta Pembrokeshire.
CÓMO IR A CARDIFF
Llegar a Cardiff no es complicado ni mucho menos. Hay bastantes vuelos que llevan hasta la capital galesa; el problema es que, por lo general, suelen ser bastante caros. Probablemente algunos de los más baratos sean los que ofrecen la Bmi Baby, sin embargo, suele ser más fácil de combinar e incluso más barato, el volar a Londres, donde hay mayor frecuencia de vuelos, y de ahí marchar en tren a Cardiff. También es posible hacerlo en bus pero creo que es más relajante y cómodo hacerlo por medio ferroviario.
Si llegáis al aeropuerto de Gatwick, justo junto a la zona de recogida de equipajes hay un mostrador donde podéis comprar los billetes de tren. Sacadlo ida y vuelta, no lo olvidéis, porque el ahorro es considerable. en nuestro caso, hace un par de años, el billete nos costó unos 80 €. Hay unos 290 kms. entre Londres y Cardiff y el trayecto en tren viene a durar unas dos horas.
En bus, por contra, es más barato (cuesta unos 30 € i/v) pero por contra es más incómodo pues en primer lugar hay que ir hasta Londres capital para tomarlo y, en segundo lugar, se tarda casi una hora más (unas 3 horas de camino).
LLEGADA A CARDIFF
Se nos ocurrió ir en Febrero, de modo que nos recibió un intenso frío. Os aconsejo que si viajáis a gales lo hagáis entre Mayo y Septiembre cuando las temperaturas son bastante más cálidas. En invierno hacedlo bien arropados, con guantes, gorro y bufanda.
Aún así, a pesar del frío, Cardiff nos acogió casi en familia. No es una ciudad demasiado grande a pesar de ser la más importante de Gales, pero sí es muy alegre y manejable. Tiene un buen servicio de transportes y mucha vida y ocio que ofrecer.
Su calle más comercial es The Hayes que atraviesa prácticamente todo el corazón de Cardiff para acabar al pie de su magnífico castillo. Está repleta de tiendas, es amplia y a pesar de ser la principal no es ni mucho menos bulliciosa. A eso le ayuda el que el tráfico es el clásico de una ciudad media, por lo que el ruido no molesta apenas, pero además tiene bancos donde descansar, estatuas (me sorprendió la cantidad de estatuas que tiene Cardiff) y muchos pubs y clásicos bares galeses donde tomarte un refrigerio. Esta calle la pasaréis bastantes veces, al igual que su compañera St. Mary Street.
Como os comentaba, al final de la calle se encuentra el Castillo de Cardiff, realmente impresionante, tanto por su tamaño como por su belleza. Se encuentra en perfecta conservación, sus murallas son magníficas, lo mismo que sus almenas, pero sobre todo, destaca contra el cielo de Cardiff su esbelta torre, símbolo de la ciudad. en cada una de sus cuatros caras hay un reloj dorado rodeado de figuras y de los escudos de armas.
Junto al castillo se encuentra el Bute Park, un colosal parque que en su día fueron los jardines del castillo, y por el que bien merece la pena perderse una horita paseando. Se respira tranquilidad, y eso dentro de una ciudad, se agradece. El paseo junto al rio que lo atraviesa es sencillamente perfecto, al igual que sus puentes y los muchos rincones en que podremos sentarnos. Además, destaca en él un mágico rincón, con el castillo de fondo, en el que se rebelan unas formaciones místicas hechas en piedra y de forma circular (al estilo de Stonehenge) donde probablemente muchos años atrás se haría más de una celebración.
El Millenium Stadium podréis verlo desde la torre del castillo, pues está justo enfrente, al otro lado del río Taff que atraviesa Cardiff. Este magnífico estadio es el símbolo del deporte en Gales, pues en él ha vivido famosos momentos la selección galesa de rugby. Sin embargo, no sólo está preparado para esta clase de partidos, pues en él se celebran muchos actos y conciertos.
En las cercanías está el Ayuntamiento y el Museo Nacional de Gales, que, si os sobra el tiempo, también podréis visitar de forma gratuita para descubrir en su interior algunas obras de importancia de Cezanne e incluso Van Gogh.
LA BAHIA DE CARDIFF
Aún recuerdo a mi mujer diciéndome, en un momento de relax en el que nos sobró un poquito de tiempo, «vámonos a la Bay». Sí, resulta tan familiar aquel rincón de Cardiff, que para nosotros, se quedó como «la Bay». Allí la conocen como «Cardiff Bay«, pero es que aquella parte de la ciudad que reposa junto al mar es como un soplo de vida para los momentos de cansancio. Todavía puedo acordarme de aquel tazón de chocolate que me tomé para calentarme en uno de los puestos que se levantan junto al puerto. Aquel momento, tan temprano, recién despertados, fue mágico.
Apenas habían abierto nada; la ciudad comenzaba a cobrar vida; pocos eran los que paseaban y aún estaban saliendo las primeras luces del día. Recorrimos la calle Bute (la que baja del centro de la ciudad hasta la Bahía), y nos adentramos en el precioso puerto especialmente diseñado para los viandantes.
Hecho prácticamente en madera, como los puertos del norte de Europa, paseábamos sobre tablas, mientras dejábamos a uno y otro lado, restaurantes y bares marineros. Es el centro de ocio de la ciudad porque allí, junto al puerto, se levantan bastantes bares de noche, e incluso alguna discoteca que, por suerte, por la mañana, permanecen cerradas. Allí a la entrada está el Wales Millenium Centre, un centro de eventos y convenciones variadas, y el Senado de la ciudad. En la misma plaza Roald Dahl se alza una preciosa iglesia de piedra roja y un poco más allá, casi adentrada en el mar, una iglesia noruega hecha en madera blanca.
Al otro lado está el Techniquest, una visita muy recomendable si vais con niños, pues pone a us disposición todo un mundo tecnológico de juegos y artificios. Y junto a éste, el Mermaid Quay, el puerto de madera del que os hablaba, dedicado sólo a tiendas típicamente turísticas, a bares y a restaurantes, muchos de ellos marineros.
Os podría hablar de muchas más visitas por la ciudad, pero sobre todo, siendo como es Cardiff, os aconsejo que os la toméis del mismo modo que es la ciudad, con tranquilidad y relax. Disfrutadla y paseadla. Admirad todo lo que tiene, ved sus edificios, paraos un momento y respiradla… y entonces, sentiréis lo que es Cardiff.
EXCURSIONES DESDE CARDIFF
Una vez hayáis sentido lo que es Cardiff, sentid lo que es Gales, porque para vivirla tal cual es sólo tenéis que adentraros en la Península de Gover. Tomad el tren en la estación e id hasta Swansea para desde allí adentraros en la Península, donde os dejarán absortos sus abruptos acantilados y sus infinitas vistas al mar.
Más allá, mirad asombrados por la ventanilla los magníficos paisajes de la bahía de Cardigan, donde las playas y las salinas parecen no tener fin. Y un poco más arriba, al norte, el tren os dejará en Carmarthen, donde un día se hiciera realidad (¿o no?) la leyenda de Merlin. Finalmente, una visita ineludible en este viaje en tren: Tenby, el pueblo más bello del sur de Gales.
St. Davids y Fishguard al oeste y el Parque Nacional de Brecon al norte de Cardiff; los castillos de Coch o el de Conwy…
Mucho por ver y mucho por hacer. Más de lo que podía haber imaginado.
¡¡Muy bien escrito!!. Sabes transmitir las emociones de cada momento y se ve que eres un tío que sabe valorar las pequeñas cosas que no son más que las más grandes…
Gracias, Teté. Cuando se está en una ciudad como Cardiff, es fácil valorar esas pequeñas cosas, y encontrar las palabras adecuadas para describirlas.
Un saludo.