Cadaqués y sus calas

Con las vacaciones de verano a la vuelta de la esquina, hoy hablaremos de una de las poblaciones de la Costa Brava que acoge playas con encanto.

La localidad es Cadaqués, conocida por su relación con el pintor Salvador Dalí, un enclave perfecto para disfrutar de unas jornadas de sol y playa, además de cultura claro está.

Esta pequeña población está situada en la comarca del Alt Empordà. Se encuentra en medio de las montañas como un pequeño pueblo pesquero que actualmente es un núcleo importante de turismo. Quizás su soledad y calma sean el mejor reclamo que posee. Con las casas blancas y un ambiente tranquilo, el visitante encontrará en la población de Cadaqués un lugar perfecto en el que descansar.

En la zona, más que playas, encontramos calas, zonas acogedoras de baño. Encontramos la cala Portaló, la cala Fredosa, la cala Jugadora, la cala Culip y la cala Guillola. Algunas de estas solo son accesibles a través del mar, por lo que se debe disponer de embarcación para poder disfrutar de ellas.

La primera, la cala Portaló, solo se puede disfrutar desde embarcación, con zona de sol de piedras y una calidad del agua perfecta, además cuenta con bastante profundidad. La cala Culip tiene doble acceso, a pie y en barco, y la zona de sol también es de piedras, la calidad del agua muy buena e ideal para los pequeños, ya que es poco profunda.

Seguimos con la cala Fredosa, accesible desde mar y también a pie, la zona de sol de piedras y la calidad del agua genial, también ideal para los pequeños de la familia, ya que no es muy profunda. La cala Jugadora cuenta con ambas formas de acceso, también con piedras en la zona de sol y la calidad del agua perfecta.

Y por ultimo, la cala Guillola, accesible a pie y desde mar, piedras y arena gorda para la zona de sol y con una calidad de agua perfecta, también perfecta para los mas pequeños.

Como ven cuenta con varias zonas de baño, ideales para varios estilos. En todos ellos podrán disfrutar de agradables jornadas de sol y playa, sin mucha gente que les acompañe.

Su tranquilidad, como ya hemos dicho, es la mejor arma de Cadaqués.